martes, 1 de abril de 2008






Un año más has bendecido las calles de tu barrio hasta llegar a Granada. Este ha sido un año difícil para los querubines que te ayudamos a caminar, pero una vez más nos has ayudado en la empresa. Tú sabes que este ha sido el último año de esa "basílica portátil" que se ha convertido en el último reducto de la necedad de nuestra Semana Santa.


Hay ciclos que se terminan en el seno de las hermandades; sin ninguna duda el de salir entre una lona es uno de ellos. De la misma forma que hay personas que no pueden aportar más de lo que ya han hecho, y lo han hecho muy bien, pero de la misma forma que nuestra corporación avanza, tus querubines de abajo tenemos que avanzar también. Porque Tú no te quedaste parado, te caiste y te levantaste, pero siempre de frente, y nosotros tenemos que seguir avanzando... siempre detrás de Tí, y ya hemos estado demasiado tiempo anclados.


El Moreno del Zaidín es humilde, pero es soberano... es joven, pero es el Señor de un barrio... es un barrio, pero un barrio siempre elegante, fino, comedido, de frente y ante todo valiente, cuadrilla valiente de verdad.




El Martes Santo apenas pude mirar tu rostro, porque tus lágrimas se derramaban por mis ojos... estabas tan guapa... llenabas con tu rostro las penas de todos los que estábamos allí... no era elegancia, era majestad... la majestad de una Señora de verdad...

Tú si que sabes que las cosas hay que hacerlas poco a poco, pero bien hechas... por eso hay que ir despacito con tu paso... para que cada pieza de orfebrería sea la justa, la necesaria y la que se adapte a tu deseo. Que para correr haciendo palios ya están por otros rincones... y Tú necesitas un altar no un paso de palio.

Este año volví a besar tu bata de cola... y de nuevo tuve Tú olor conmigo, y el de mi madre, y el de mi mujer, y el de mi abuela...


También quiero daros las gracias a todos los hermanos que una vez más demostastéis que las verdaderas hermandades, cortejos y cuadrillas de recogía son aquellas que están en la calle más de 8 horas... salir con los ojos entrabiertos por los rayos de sol a las 4 de la tarde y regresar con los ojos llenos de lágrimas por la emoción, el frío y el cansancio a las 2 de la mañana... olé por mi gente... olé por la hermandad elegante del barrio...